sábado, 3 de diciembre de 2011

incandescente

brisáste el velamen en bandera,
cercando un presente que fue
y que en día fugitivo y hora señalada,
de tránsito y espera,
desplegó a medio cielo
el faro de tu nombre.

el apretado latir inexplicable.
en andar
en silencio
en sorpresa...

en sonrisa que anida
aquí lejos
y allí,
cerca

a medio patio del alma
a casi un pie de encontrarte.
a un día o muchos
de cruzarte y no ver
o quizás no reconocer
la hermosa palabra sin voz
desatendiendo
la pequeña charla breve,
la nunca leve incauta ternura de tu encanto.

somos indefectiblemente
hijos del trazo digital por la nuca,
ese que tejió en la nada de escafandras
su delgado puente,
y que fue
sin embargo
escalera suficiente…

para recibir de la luna tu nombre
y diamantar la esperanza
y el ojo cerrado, de foto desteñida
que dibuja el encuentro esperado
y la hora despreocupada
donde se desata finalmente
el breve tiempo nuestro que es cruzarte y ver
y entonces, quizás reconocer
aquí
a medio patio del alma
allí
en apretado latir inexplicable.

titilando en abrazo,
lo petiso del suelo.
lo brillantina al sol
de conocer tu cuerpo
y ese palabra
que es: vos y yo
lo que ya somos
o lo que definitivamente
ya nunca seremos.

(la noche se hace larga y tan fria.)

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