o la lluvia que gotea a contraluz,
como acostarme de espaldas después de correr una hora,
como girar una rueda con la bicicleta al revés,
y mirarla,
y escucharla,
y esperar a que se detenga.
como encontrar una cara conocida
en una ciudad desconocida.
como el cariño sorpresivo que viene a buscar el gato
que es como el abrazo que me daban de niño
sin que yo supiera porqué.
como pincharme un dedo
y ver esa perla roja crecer y derramarse,
y el ardor que viene después,
y la curita,
que ya no hace falta.
como hablar con vapor un día de frío,
o pisar las hojas secas,
o frotarse las orejas hasta que se pongan coloradas.
como jugar con las monedas en el bolsillo,
o decir un secreto al oído,
o no querer escuchar más un secreto al oído.
como el ruidito del hielo crujiendo en un vaso,
o el olor que me dejó en las manos alguien que me gusta,
como la ginebra cruzando la garganta,
y el ahhh obligatorio.
como los dedos arrugados en la tina,
que es como agarrar terciopelo,
y después de un rato casi un escalofrío,
como el gusto a sangre en la boca,
como correr con mi perro,
o como esconder la cabeza en la piel amada,
y que me haga rulitos en el pelo.
como salir a caminar en manada,
o comenzar un viaje,
como saber que la cagué,
mal,
y tratar de arreglarlo
sin que nadie se de cuenta.
que es como sobrevivir a un accidente,
y recordar muchas veces esas fracciones de segundo,
como el vértigo del columpio,
o hablar frente a mucha gente,
como el nudo en la panza del día que no comí nada,
que es parecido al nudo en la panza del día en que no pude
comer nada.
como tantas cosas,
___________________ (tantas cosas...)
estar vivo es
una metáfora amontonada,
a otra.
a otra
y a otra...
habrá que estar con la cabeza adonde esté el cuerpo,
(como dice mi hermana)
solamente para disfrutarlo todo mucho más,
conociendo este secreto,
este regalo,
la más hermosa de todas las poesías,
permanente,
resuelta,
fantástica,
orbitando la mas común de las cotidianidades
(parece tonto como todo misterio develado).
ja! (era una boludez!)
tan simple,
apenas se trataba de eso,
ser consciente del mundo,
dentro y fuera del tiempo y el espacio,
existir nada mas,
como el mayor de los placeres.
las sensaciones a flor de piel,
y el ojo maravillado.
Aviso al lector: Este poema pertenece a Georgina Ciotti, solo puede ser leído sin albergar esperanzas de apoderarse de él.
